La diferenciación es un arma de gran calibre en la estrategia de marketing de un despacho. Dar con la clave es difícil, y requiere de autoconocimiento, y de descubrir aquello a lo que el cliente da realmente importancia.
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El video en el que Martin G. cortaba todos sus bienes por la mitad para «repartir» con su exmujer ha sido uno de los sucesos más compartidos en Google en las últimas semanas. Lo chocante es que la historia no es real… Es una campaña de marketing jurídico alemana que ha funcionado excepcionalmente bien. Se ha vuelto viral.
Si Google no te ubica en los primeros resultados de búsqueda, es difícil que tus futuros clientes te encuentren. La web de tu despacho tiene que «gustarle» al buscador. Dado que cada vez más utilizamos los móviles y tablets para navegar, el último algoritmo de Google obliga a que tu web esté preparada para este fenónemo. Tienes que ser «responsive»
¿Es el marketing sólo una forma de envolver tu servicio para hacerlo más atractivo? Una magdalena, un muffin y un cupcake son básicamente lo mismo, pero sus precios no. En realidad, no. Son totalmente diferentes, porque ofrecen una solución y una experiencia distinta a «su» cliente. El marketing jurídico es igual: Primero averigua quién es tu cliente, y qué quiere.
Uno de los problemas a la hora de vender los servicios de un abogado es que se trata de algo intangible. El cliente no puede ver, tocar u oler el trabajo que se va a realizar para él. Por eso, conseguir diferenciar a tu despacho, y a ti mismo, de la competencia es un elemento primordial. Aprende algunas de las bases para conseguir que tu cliente te perciba como el más adecuado para sus intereses.