La marca de tu despacho es un símbolo que permite identificar tus valores, tus factores de diferenciación, tu posicionamiento y en definitiva, todo lo positivo que significa elegirte a ti como proveedor de servicios jurídicos. Más allá del logo, todo lo que posea este valor simbólico es parte de tu marca. Si los mensajes que lanzas con estos símbolos no se corresponden con lo que realmente eres, tu marca, de alguna manera, está mintiendo a tus clientes (o, de una manera más eufemística, está exagerando la realidad). Y esto siempre es una mala idea, tanto más cuanto más alejada esté la realidad de lo que tu marca cuenta de ti.
Una pequeña historia real: La visita de mi hermana a un despacho de abogados.
Lo que le ha ocurrido a una de mis hermanas esta semana es un ejemplo perfecto de lo que estoy diciendo en esta entrada. Creo que es tan descriptivo, que las conclusiones a las que quiero llegar con el post quedan más que claras.
Mi hermana necesita solucionar un asunto de carácter jurídico. Y, por no comprometerme, ha preferido realizar una selección de un despacho por si misma. Afortunadamente, y como cada vez es más común, ha pensado en conocer varias alternativas antes de dar el paso de encomendar su asunto a nadie. Tras elegir a sus candidatos a través de sus webs, esta semana ha empezado a reunirse con ellos para, posteriormente, realizar el encargo.
Tenía especial predisposicón por uno en concreto: Una buena web, varias oficinas… La imagen de marca era potente. Y esto es lo que me ha dicho, textualmente, acerca de su visita: «Unai, no había cruzado la puerta y ya me quería marchar» Y la posterior reunión fue aún peor, ya que no sintió confianza en lo que la estaban transmitiendo en ningún momento.
En definitiva, las expectativas que se había creado respecto al despacho no se cumplieron en absoluto. ¿Por qué? ¿La información ofrecida por la web era falsa? ¿Se trata de malos abogados? No, pero la imagen de marca que se había hecho no se correspondía para nada con lo que vivió. La marca prometía cosas que no se materializaron en la experiencia de su frustrado cliente.
Hoy en día todo es comunicación. Es otra manera de decir que todo es marca. Marca personal, del despacho… Con ella comunicamos a nuestros clientes lo que somos y lo que hacemos. Prestarla atención, planificar una estrategia de marca, es, a cada momento que pasa, algo más importante para el éxito de tu proyecto profesional.
Os dejo con una canción, Little Lies, de Fleetwood Mac.
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