Hoy leía este artículo de Expansión: Los países compiten por ofrecer mayor estabilidad regulatoria y la primera pregunta que me ha venido a la cabeza es si en España estamos efectivamente ante un marco regulatorio estable o no. Me lo preguntaba por esas cosas de la macroeconomía; la atracción de inversiones extranjeras, los incentivos a la contratación, y en definitiva, por el papel que la legislación juega en ayudar a salir de la crisis.
¿Tenemos un marco regulatorio estable? La visión del cliente de un despacho.
Como ya he dicho en multitud de ocasiones, yo no soy abogado. El abogado es mi socio. Así que mi tendencia es a ver las cosas relacionadas con la ley desde el punto de vista del sufridor/usuario. O sea, que en buena medida, mi perspectiva a este respecto es la del cliente de un despacho. De hecho, a lo largo de mi carrera, envuelto en operativas internacionales, para mi la legislación comercial internacional ha tenido mucha importancia.
Recuerdo, por ejemplo, las palabras que me decía Guillermo Morán (actualmente, Viceministro de Acuacultura y Pesca en Ecuador) hace ya unos cuantos años, acerca de los condicionantes que «el riesgo país» tenía en las exportaciones de productos pesqueros y acuícolas, tanto a nivel de importación de insumos, como de la actividad comercial en si. Riesgo país que, en buena medida, tenía mucho que ver con la regulación nacional como internacional. ¿Por qué recordaba estas palabras? Pues porque a lo largo de mi actividad, me hubiese gustado contar con una buena y fiable fuente de información que me contase lo que estaba ocurriendo, y qué implicaciones tenía para mi.
Por tanto, este tipo de información, ¿es valiosa para mi, como posible cliente de un despacho de abogados? Sin duda. ¿Es una información por la que estaría dispuesto a realizar una consulta con el despacho? Seguramente, no, me gustaría tenerla gratis. Además, esa consulta sólo la realizaré si tengo noticia del cambio regulatorio (y me dedico a otras cosas, las leyes son cosa de los abogados…) Y lo más probable, es que si es un cambio importante, lo que me ocurra es que sea un damnificado de la modificación… Estaré cabreado.
Compartir la información sobre cambios regulatorios es buen marketing.
Vale, estamos llegando donde quería llegar con este post. Las leyes, nacionales e internacionales, cambian. Esos cambios pueden tener efecto sobre las vidas y actividades de tus clientes. Pero puede que ellos no se hayan enterado. Así que, en esta era de comunicación 3.0. ¿Estás sacando partido a los cambios regulatorios? En Tucho nos gusta mucho la idea de que hoy todo es comunicación. Comunicar es la clave para generar imagen de marca, confianza, fidelización… Las herramientas son múltiples: Redes sociales, blogs personales y corporativos, eventos… Las que quieras, dentro de tu estrategia de marketing jurídico.
Y como la clave de esa comunicación, usando palabras muy de moda en el ámbito online, es «la generación de contenidos de calidad» ¿No crees que para tu cliente estos contenidos son de la máxima calidad?
Tan importante -o más- es cómo lo cuentas que qué cuentas.
A estas alturas del post, es fácil intuir lo que quiero decir realmente; Seguro que muchos, o todos, los que leeis esta entrada compartís este tipo de novedades jurídicas de manera habitual. O estáis en ello. Pero, la cuestión clave en este asunto es: ¿lo hacéis de una manera que realmente aporte valor al destinatario, al cliente? Por lo que veo habitualmente en muchos blogs de despachos, creo que no.
Sigo hablando como cliente. ¿Qué me gustaría recibir?
- Una información escrita para mi, no para otro abogado.
- Los textos técnicos no me interesan demasiado. Me interesan mucho más las consecuencias de esos textos sobre mi vida o mi trabajo.
- Si hay algo que tenga que hacer para evitar problemas, cuanto antes lo sepa, mejor.
En definitiva, información bien procesada, concisa y clara que me diga qué consecuencias tienen los cambios y qué tengo que hacer para adaptarme a ellos. Y en su caso, realizar las acciones necesarias con mi abogado de confianza.
Y tan importante es cómo comunicas como comunicar.
Evidentemente, el esfuerzo en comunicar no es altruista. Obedece a objetivos estratégicos importantes, como fidelizar a tus clientes, generar marca personal y/o corporativa, posicionar a la firma como autoridad en materias de su competencia, diferenciarla de los competidores… Así que cómo comunicas, desde el punto de vista de la estrategia y las herramientas, es tan importante como comunicar.
De manera que habrá que tener en cuenta una serie de factores clave para el éxito de tu estrategia comunicativa:
- Disponer de una estrategia: Parece obvio, pero no lo es tanto. Tener objetivos claros y medir sus resultados.
- Averiguar lo que quieren tus clientes: ¿Cuál es para ellos esa información valiosa sobre la que vas a hablar?
- Alineación con el resto de elementos: Se trata de asegurarse de que esta estrategia de comunicación esté bien alineada con todo lo demás, porque de nada sirve dar una información excelente si luego el resto del castillo de naipes es endeble.