Ayer a la tarde tuve la oportunidad de tomar una cervecita con 2 componentes de Ojklol Audiovisuales, una productora ameteur que está sacando adelante varios proyectos de lo más interesantes. Con pasión, dedicación y una buena labor de comunicación en redes sociales y eventos especializados. Y sin recursos… El caso es que están planificando sus siguientes pasos, y se plantéan el reto de profesionalizarse. Total, que les di mi punto de vista y ahí salieron las dos preguntas que dan título a este post. ¿Quién soy? ¿Quién quiero ser?
Dos preguntas aparentemente sencillas… Pero cuyas respuestas son quizás de las más complicadas que podamos pensar. Más que sencillas, prefiero denominarlas didácticas. Porque son la clave para comenzar a desarrollar cualquier proceso de transformación, y el inicio para diseñar una estrategia correcta.
Aplica estas preguntas a ti mismo y a tu despacho.
Quién soy y quién quiero ser… Si estoy planteando cualquier tipo de transformación o evolución en mi firma, estas preguntas me las haré tanto en relación a mi mismo como a mi despacho. Respecto al despacho, está claro por qué, pero quizás no tanto respecto a mi mismo.
Yo (y mis compañeros de viaje) somos los protagonistas del cambio, seremos los que lo llevemos a cabo. Mi papel y expectativas actuales quizás (mejor dicho, seguro) no sean las mismas en relación al escenario futuro de mi organización. Si el futuro de la firma no está alineado con el que quiero para mi, inevitablemente surgirán problemas; O el proceso de transformación del despacho no se llevará a cabo a la perfección, o yo estaré en una situación personal de insatisfacción y frustración, que acabará sacándome del proyecto, haciendo que éste se tuerza, o dejándome en una situación de infelicidad laborar permanente.
Quién soy: El punto de partida.
Una pregunta tan sencilla se va a ir complicando mucho para responderla correctamente… Para saber quién soy tengo que pensar en muchas cosas: mis clientes, mi rentabilidad, mi situación en el mercado, mi forma de trabajar, mis puntos fuertes y débiles… Todo un reto.
El objetivo que perseguimos con la respuesta a esta pregunta es «dibujar» o «fotografiar» la realidad actual, para que sirva de punto de partida en el diseño de lo que queremos conseguir.
Es por tanto indispensable que esta fotografía sea lo más fidedigna posible, si no estaremos trabajando sobre unas premisas falsas. Hacerse trampas al solitario es una tentación, y sencillo de que ocurra. Una forma de evitarlo es recurriendo a técnicas de recepción de feedback. Algo altísimamente recomendable, incluso si no se está pensando en iniciar una nueva estrategia. El feedback lo podemos obtener de múltiples partes: compañeros, clientes, proveedores, miembros de otros estamentos del sector… Preguntar, preguntar y preguntar.
En el proceso de definir quién soy van a salir un montón de cosas que no me gustan. Si no es así, la respuesta está incompleta. De alguna manera, la respuesta tiene que escocer, poco o mucho, pero tiene que escocer.
Quién quiero ser: El destino.
Ya tenemos el punto de partida. Vamos a decidir el destino. Efectivamente, ésto va justo de tomar decisiones, y la primera es qué queremos ser. ¿Un despacho más grande? ¿Más especializado? ¿Más rentable? ¿Más reconocido?
De nuevo, esta respuesta engloba la respuesta a muchas otras preguntas que deberemos hacernos, en relación a clientes (¿van a ser los mismos que ahora, o buscamos un segmento nuevo?), los procesos, la comunicación… Es una traslación al futuro de las mismas preguntas que me he hecho para saber quién soy.
Y al igual que en la fase anterior, en esta de nuevo es necesario contar con el feedback de otros. Es de especial interes escuchar lo que nos han dicho los clientes.
La estrategia: El camino que une el punto de partida con el destino.
Sé quién soy. Sé quién quiero ser. Solo me falta trazar la línea que me llevará de un punto a otro. Definir plazos, medios, costes, herramientas…
Un segundito. ¿Trazar una línea? Claro, se trata de unir dos puntos, sólo hay una posibilidad. Error. Ni siquiera pensando de una manera bidimensional. Porque la línea puede ser recta, o trazar curvas. Y si lo pensamos como un recorrido, un viaje, habrá sin duda paradas técnicas para repostar, descansos, desvíos imprevistos para explorar algún rinconcito encantador que nos han recomendado…
Quién soy. Quién quiero ser. Dos preguntas muy sencillas.