Intraemprendiendo que es gerundio

 

«Intraemprender». Menudo palabro. A mi me lo parece, vamos. Un palabro de moda -durante unos cuantos años ya- en según que ambientes. Y que, a pesar de que en Tucho nos gusta huir de la receta y de los caminos que de puro transitados se vuelven intransitables, me parece que es un concepto que sigue teniendo un montón de valor. Especialmente en un sector como el legal, donde la innovación y la llegada de aire fresco a la forma de hacer las cosas todavía no termina de ser algo cotidiano.

Pero, ¿qué es intraemprender? Os doy mi propia visión del tema, y un par de links que, lejos de una descripción «de libro» o «académica», muestran muy bien lo que hay detrás de esta forma de alentar la innovación. Porque en definitiva, se trata ni más ni menos que de eso, de innovar dentro del despacho, asumiendo que la innovación supone, de alguna manera, crear una estructura de negocio totalmente nueva a la que existe. Una nueva empresa dentro de la empresa.

  • Aquí, Javier Megias nos habla del intraemprendimiento como futuro de las empresas.
  • Y aquí, un auténtico gurú de los negocios como Guy Kawasaki identifica esta forma de innovación con una forma de arte.

Cambiar el modelo de negocio del despacho como un proceso de emprendimiento.

Cambiar el modelo de negocio… Esa es para mi una de las claves de todo este asunto. Cuando las fórmulas de siempre se han agotado, esté el despacho generando beneficios o no, pero con una forma de hacer las cosas que «se huele» que ya no da mucho más de si, ha llegado el momento de hacer cosas nuevas para seguirle el ritmo a lo que piden los clientes, o para captar nuevos y mejores clientes.

Cosas nuevas, ¿qué cosas nuevas? Por ejemplo:

  • Un nuevo servicio dentro del despacho.
  • Una nueva forma de gestionar los asuntos, que genere más satisfacción para el cliente, o menor coste.
  • Una nueva forma de comunicarse con el entorno.
  • Una nueva estrategia de marca.

En definitiva, cosas todas ellas que de alguna manera pretenden mejorar el modelo de negocio. Podeis pensar que todas y cada una de ellas se pueden gestionar como un proyecto de mejora estratégica, y tendréis razón. El intraemprendimiento es simplemente una cuestión de filosofía y cultura organizacional.

Por qué usamos la palabra emprendimiento asociada a un proceso de cambio.

Como decía en el párrafo anterior, porque es una cuestión de cultura organizacional. La existente (o la vieja, si lo preferís) y la nueva. En este contexto, el surgimiento de algo nuevo se enfrentará a la resistencia (a cambiar o incluso desaparecer) de todo lo anterior. Cambiar no es fácil ni rápido. Además, un proyecto de intraemprendimiento necesitará:

  • Un plan de negocio: Hay que tener objetivos, y convencer al «inversor»
  • Financiación y recursos, que deberá poner la firma.
  • Generar toda una estructura que permita llevar a cabo el proyecto.
  • Posiblemente, hacer pruebas a pequeña escala, prototipar.
  • Una persona o equipo con la visión -o visionaria- que apueste por liderar ese proceso.

¿A que se va pareciendo a montar un nuevo negocio?

Tipos de intraemprendimiento.

Fundamentalmente, dos.

  • Como una parte de la cultura del despacho: Supone que el despacho, como organización, apuesta por la innovación como una parte de su cultura, y fomenta, dirige y capitaliza la aparición de ideas innovadoras. En otros sectores es fácil de ver ésto. Un ejemplo es la corporación Tecnalia, que ha incorporado a su modelo de negocio la apuesta por el desarrollo de nuevas ideas empresariales. Lo hace captando ideas tanto a nivel interno (potenciando el que sus propios trabajadores apuesten por desarrollar sus ideas) o externo (buscando ideas de negocio fuera de Tecnalia) Dentro del sector legal, una iniciativa que me llama la atención como fruto del intraemprendimiento es la división Start-ups de Cuatrecasas. Surgió como una idea que, dotada de tiempo y recursos, se ha convertido en una línea de servicio con identidad propia. Aquí el link a la web de este servicio. (Me acabo de dar cuenta de que el link da error… Espero que no sea que la iniciativa haya desaparecido…)
  • Como iniciativas personales: Surge de la iniciativa (individual o colectiva) de una parte del despacho. Quizás la firma no esté ni pensando en la innovación en ese momento, pero una serie de personas en su seno creen que hay que hacer cosas distintas, y las proponen. En este caso, la vertiente emprendedora es incluso más acusada, porque es bastante probable que los intrépidos intraemprendedores se den de bruces, una y otra vez, con su «mercado», que no es otro que la propia organización. Porque la realidad es tozuda, y aunque exista un compromiso de la dirección con el proyecto, llevarlo a cabo requerirá frenar toda la inercia acumulada a nivel de cultura empresarial y personal. Tough matter, my friend.

Para acabar: El intraemprendimiento no es la panacea, ni una metodología-receta mágica que garantice el éxito. Tiene muchísimo que ver con las personas, tanto las que lleven a cabo la iniciativa como las que deban adaptarla. Lo que sí que es: Una forma de ver los procesos de cambio, una filosofía de trabajo que puede colaborar de una manera fortísima en la consecución de una firma legal más adaptable a las nuevas condiciones de un mercado que se ha transformado.